Crítica en la Revista PEONZA

Mis amigos de la Revista de Literatura Infantil y Juvenil PEONZA, han incluído en su nº 85 (junio de 2.008) una crítica sobre el libro Un secreto del bosque. Gracias a Diego Gutiérrez del Valle que firma las siguientes palabras:

"Este es un cuento sobre las tribulaciones del amor, en esta ocasión, un amor imposible que alcanza a hacerse realidad merced a la fuerza de los sentimientos que acaban por imponerse sobre las circunstancias.

Un día de primavera, Ardilla tiene un fugaz encuentro con otro de los habitantes de los bosques del Norte y, al punto, queda prendada de sus encantos. Inquieta ante las emociones desconocidas, consulta sucesivamente a Zorro, Búho, Lobo, Oso y Lirón. Cada uno de ellos le ofrecerá un dictamen y un consejo basados en su propia experiencia: los síntomas de Ardilla apuntan a que está enamorada del desconocido personaje al que debería declararse con un regalo. Cuando los animales reunidos se enteran del objeto de su pasión, reaccionan escandalizados ante lo absurdo de semejante relación. Finalmente, se produce el reencuentro y Ardilla se declara: el secreto del bosque deja de serlo. La historia termina con los dos amantes abrazados en su nido construido en la vieja encina.

Javier Sobrino mantiene las constantes temáticas y estilisticas de su obra en este nuevo álbum: la exploración intimista de los sentimientos desde un enfoque divergente, el protagonismo de la naturaleza, el lenguaje lírico de unos textos cuidados y cadenciosos. Y lo hace con un nuevo registro que da entrada al humor basado en el juego de palabras. La narración progresa sobre la base de unos diálogos de rítmo repetitivo (a la manera de ciertas narraciones tradicionales) para desembocar en un desenlace resuelto con sutileza y acierto que, además, reserva una sorpresa que despierta una sonrisa en el lector.

Elena Odriozola explora las posibilidades gráficas del texto a través de unas ilustraciones de trazo delicado, formas compactas y colores enérgicos. Las figuras se recortan con limpieza sobre el blanco dominante de la página para componer unos encuadres que reclaman la participación del observador al cortar o dejar fuera de la escena a los personajes. Éstos incorporan una expresividad muy matizada que apenas les aleja de su condición de animal. " (D.G.V.)

Edad: A partir de seis años.